Una de las riquezas que podemos encontrar al visitar cualquier región, sea de España o de nuestra vecina y amiga Portugal, son los productos y manjares gastronómicos que nos brinda la tierra.
Esas tierras y cultivos que aún se siguen explotando como hace siglos, en lugar de condenarlas al abandono incentivado y de las que nuevas generaciones pueden vivir, sin necesidad de grandes inversiones o apoyos públicos, pero con la honradez y el trabajo por bandera.
Para nosotros constituye casi un "deber" al visitar cada pueblo, siendo en la mayoría de las ocasiones la razón principal para la escapada.
Conocer nuevas variedades de aceite o el vino local, producido de forma casi artesanal ha sido la razón para acercarnos de nuevo hasta Pías, (a escasos 35 km desde Rosal de la Frontera) y que pertenece a la cámara municipal de Serpa. Esta vez íbamos buscando un magnífico vino tinto que habíamos degustado en Casa "Machaca" en Encinasola, con la gentileza de Antonio, El Gallo y otros amigos. Su curioso nombre, ZORRITO, nos puso en la pista de la bodega, o mejor ADEGA que así se dice en la lengua de Saramago.
El lugar dónde se produce el milagro de transformar la uva en el preciado licor- Sangre de Cristo- resultó además ser un sítio encantador. Se trata de una edificación industrial muy bien conservada y restaurada que guarda el tipismo en sus cubiertas a teja vana y que permiten al caldo respirar. Allí en esta época (creemos que todo el año, salvo en la vendimia) se puede adquirir el vino que fabrican (más de 250 mil litros al año) en todos los formatos posibles: garrafa, botellas, box de 3-5-10 ó 20 litros, cajas de 6 botellas, etc.
El patio de la bodega es también digno de ver, y conserva las pilas bajo una cubierta también de madera, dónde se vierte la uva triturada y tiene lugar la primera fermentación, trasegándose posteriormente a otros depósitos de acero inoxidable.
El encargado de atendernos, Miguel Cruz, es además un hombre amable y gentil, que enseguida nos dió a probar el caldo, pudiendo constatar la misma sensación que tuvimos anteriormente, un vino amable, que no repele, natural y frutado sin excesos, que permite largos tragos. Tiene las características de un vino joven pero que no desdeña en absoluto a caldos más añados.
Pudimos ademas adquirir un buen azeite virgem extra al parecer también de la misma familia.
El pueblo cuenta con otras bodegas, que hemos visitado en otras ocasiones, como la Cooperativa "Sociedade Agrícola de Pías" productora de aceites, vinos (Margaça) y vinagres (Encostas de Enxoé) de mucha calidad. Otro caldo muy afamado e igualmente artesanal es el de Costa Candeias.
Como colofón a esta visita y para llenar el estómago tras las degustaciones nada mejor que seguir disfrutando de la gastronomía en "O Adro", muy cercano a la Adega Zorrito y que tiene una amplia carta de carnes de jabalí, pescados ( con un expositor digno de un pueblo de mar) y guisos tradicionales alentejanos.
Otro lugar que recomendamos encarecidamente visitar a todo aquel que guste de las tradiciones relacionadas con lo gastronómico.